El tiempo que pasamos por el confinamiento por el COVID fueron duros momentos para todos nosotros. Estaba la preocupación por los familiares y amigos, la tensión generada en casa por esa nueva situación, la falta de dinero por la falta de trabajo y la incertidumbre de lo que pueda pasar en el futuro. Todo eso hizo que muchas personas lo pasaron francamente mal.
Para mí y mi familia también ha sido complicado este tiempo de confinamiento. Pero a nivel laboral, realmente he tenido mucha suerte. Soy asesora tupersex y no me han faltado reuniones online y así poder ocupar todo este tiempo libre y tener la sensación de ayudar a muchas personas a pasar el tiempo de forma divertida y olvidarse de este periodo tan oscuro.
Tuvimos que reinventarnos para poder seguir ofreciendo nuestros productos. El cometido de una asesora tupersex es organizar reuniones que normalmente son presenciales, claro. Lo que atrae del Tuppersex es precisamente esa cercanía y compartir juntos nuestras experiencias, anécdotas y dudas. Pero juntos con el resto de compañeros nos planteamos poder llevar nuestros productos a casa de los clientes a través de la venta por videoconferencia. Nuestros clientes nos agradecieron muchísimo todos nuestros esfuerzos y me sentí muy orgullosa de ser asesora tupersex.
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