Tener un trabajo extra que no te lleve mucho tiempo y que te permita ganar un dinero para tus caprichos no es una tontería, todo el mundo querría uno. Y cuando apareció el boom de las reuniones tuppersex, el trabajo de una asesora tuppersex era el sueño toda persona, principalmente mujeres que lo compaginaban con su hogar o con otros trabajos.
Sin embargo, ya ha pasado tiempo, muchos han quedado en el camino, y otros han seguido y mantienen una gran experiencia en el sector. Pero, ¿qué es lo que diferencia a una asesora tuppersex buena de otra “normal”?
La ‘formación’ de una asesora tuppersex
No te vamos a engañar. Para ser asesora tuppersex no necesitas comprar un curso, ni hacerlos. Tampoco un título, ni aprenderte un temario. Lo único que necesitas es conocer sobre el tema y ser capaz de transmitir ese conocimiento a otras personas.
Pero, como ocurre con todo, hay que reciclarse a menudo. Los estudios, investigaciones y descubrimientos también afectan al ámbito sexual y hay que estar enterada de todo.
¿Quieres eso decir que cualquiera puede ser asesora tuppersex si le gusta el sexo? No, para ser una buena y mantenerte en el tiempo ganando un dinerito a fin de mes, necesitas:
- Tener constancia aprendiendo sobre sexualidad y aplicándolo en tus reuniones para amoldar tu conocimiento al tipo de cliente que tengas.
- Estar enterada de las novedades que surjan: estudios, juguetes eróticos, mejoras, beneficios…
- Destilar pasión por el tema. Es la mejor forma de hacer que otras personas que te escuchan se sientan igual de curiosas y con ganas de saber más.
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