Las mamas se erigen como uno de los principales puntos erógenos de la mujer, después de los genitales. También como uno de los principales focos de atención para los hombres, que suelen fijar la vista en ellos casi sin darse cuenta.
Son el sustento de los bebés tras su llegada al mundo. Las encargadas de dar alimento durante meses, de nutrir, proteger y hacer crecer a nuestros peques.
Suponen una parte fundamental en la imagen global de nuestro cuerpo, una parte en la que todas prestamos atención para conservarla y mostrarla de la forma más atractiva posible.
Nos diferencian, entre otras muchas cosas, del físico masculino, y a la vez, esa importancia suprema de esta parte del cuerpo, es la culpable de muchos complejos e inseguridades que vuelven tímidas y miedosas a tantas y tantas mujeres.
Esas incondicionales compañeras de por vida, que algunas portan con excesivo peso, otras de manera casi imperceptible, juegan un papel fundamental en el juego sexual, y son unas de las protagonistas del placer femenino.
¿Qué son los senos? ¿Para qué sirven?
Parece una pregunta obvia, y casi estúpida. Sin embargo, son muchos los que, más allá de cánones de belleza y tamaño, poco más saben de los pechos femeninos.
Las mamas son dos apéndices situados en el tronco superior femenino, en concreto en el exterior del tórax. En cada mujer presentan un volumen y una turgencia diferente, además de una forma más o menos estándar aunque con muchas variaciones individuales. Están formadas en gran parte por tejido adiposo (grasa), las glándulas mamarias responsables de la producción de leche, la estructura de conductos galactóforos, y ganglios linfáticos. En la parte externa se aprecia la areola y el pezón. Ambos están formados por células mioepiteliales, que tienen la particularidad de que se contraen al igual que las fibras musculares ante los estímulos externos, como el frió, el tacto o la succión de un bebe lactante. La función de esta parte es sacar la leche al exterior, para poder amamantar al niño.
El tamaño reporta mayor importancia estética que fisiológica. Resulta que el volumen de las mamas no predice su productividad de leche, ni siquiera un mejor funcionamiento de las mismas. Sin embargo, la moda y los cánones de belleza han fijado a los pechos relativamente grandes y con redondeces casi perfectas a ocupar el puesto de favoritas.
Son tan importantes para la autoestima femenina y la excitación masculina, que existe toda una industria de lencería para conseguir las formas perfectas sobre la piel, y toda una rama médica para transformarlas bajo la misma. De hecho, la operación estética de aumento de mamas, es la más solicitada entre todas las intervenciones.
Cambios en los pechos durante las relaciones sexuales
Las mamas pueden considerarse un órgano sexual, y como tal, reaccionan ante los estímulos eróticos. Por eso, durante las relaciones sexuales, se producen en ellos algunos cambios significativos como los siguientes:
- Los pezones se contraen y se endurecen. Es uno de los principales símbolos de la excitación femenina. Adquieren rigidez debido a que el flujo sanguíneo se concentra en ellos en mayor medida durante la etapa de excitación.
- La areola cambia de color, y se torna en un tono más oscuro. Al igual que el endurecimiento de los pezones, este cambio es debido a la mayor concentración de riego sanguíneo durante la etapa de excitación.
- Los senos en general se ponen más turgentes y aumentan de tamaño, hasta alcanzar un 25 % más de su volumen. En el momento del orgasmo vuelven a su tamaño normal. Esto los hace especialmente atractivos (más de lo normal) durante las relaciones sexuales.
- Se enrojecen, debido al “rubor sexual” que también tiene que ver con la afluencia de sangre en la zona. Resulta que durante la etapa de meseta, esta se concentra en el torso, desde el ombligo hacia los pechos, aunque vuelve a su situación natural justo después del clímax.
Cómo potenciar el atractivo de los pechos
El pecho es una zona muy delicada y propensa a concentrar problemas de flacidez o falta de firmeza. Con los años y la acción de la gravedad, van cambiado su forma de manera muy negativa. Si no quieres que eso ocurra sigue una serie de sencillos consejos para cuidarlos y mantenerlos atractivos:
- Haz ejercicio. Fortalecer los pectorales y los músculos del torso, es esencial para mantener las mamas en su sitio.
- Hidrata la piel de manera generosa, es después del músculo la que sujeta el tejido mamario.
- Utiliza un sujetador de tu talla, que ni te apriete ni te quede grande.
- Cuidado con subir y bajar de peso, pueden aparecer estrías y empeorar la flacidez, algo que evidentemente ocurre tras el embarazo, donde poco se puede hacer por controlar el aumento de su tamaño, más que cuidar con cremas la aparición de estrías.
Cuida tu pecho con mimo, es una parte fundamental de tu cuerpo, y uno de los principales atractivos en el proceso de seducción.
Deja una respuesta