Muchos han escuchado hablar del sexo tántrico, como una de las modalidades sexuales más conocidas a la hora de buscar el placer más intenso. Pero el sexo tántrico es mucho más: procede de las enseñanzas del mismo buda, y constituye toda una filosofía espiritual. Aunque sus “claves” puedan resumirse en varios puntos, los que realmente lo profesan, saben para vivirlo se necesita toda una vida de aprendizaje.
Más allá del sexo…
El sexo tántrico es una parte de la doctrina budista del Tantra. Dicen que los escritos en los que se basa esta doctrina filosófica o religiosa aparecieron en el siglo VI AC de manos del mismo Buda, en el Tíbet. Sin embargo, el sexo tántrico no es ni mucho menos uno de los punto claves de esta doctrina. La importancia tántrica del sexo llegó a partir del siglo XX, en una interpretación occidental del Tantra, que se denominó Neotantra.
Esta nueva corriente, tenía como fin el dominio sobre el deseo sexual. A lo largo del tiempo, este principio ha ido evolucionando hasta lo que hoy consideramos sexo tántrico, que se centra en diferentes prácticas para retener o retrasar el orgasmo y conseguir un placer final explosivo.
¿En qué consiste el sexo tántrico?
El sexo tántrico puede ser considerado como un arte milenario, procedente de la India, mediante el cual aquellos que lo practicaban buscaban alcanzar estados mentales alternativos y estados de éxtasis infinito. El sexo tántrico actual busca disfrutar de un sexo largo y placentero, en el que uno se abandona al placer para disfrutar de cada segundo de la relación, desde el principio hasta el final, alargando el acto el mayor tiempo posible.
El sexo tántrico se basa en encuentro largos, relajados y no basados en el orgasmo, sino en el disfrute del camino hacia el mismo.
Los tantrikas (practicantes del sexo tántrico), de hecho consideran que a través de la eyaculación, o del orgasmo femenino, se pierde energía. Por eso lo retienen, y lo evitan, abandonándose a los placeres preorgásmicos.
Consejos para tantrikas principiantes
- Apostar por la calidad, no por la cantidad: Los seguidores del Tantra más fieles, no son partidarios de tener mucho sexo, porque opinan que a través de orgasmo se pierde energía. Para ellos, una vez al mes es más que suficiente, aunque estos encuentros pueden aumentarse si en ellos no se llega hasta el final. Además de esta manera, acumulando la energía sexual, el orgasmo final será mucho más intenso.
- La respiración es un factor fundamental en el sexo tántrico. Es clave para acompasar el ritmo del sexo. El Tantra sexual indica que cada amante debe respirar el aire que le da el otro. Para darle protagonismo a la respiración hay que buscar una postura en la que los amantes se encuentren frente a frente. La idea es que cada uno respire lo que exhala el otro, acompasando las respiraciones. De esta manera se consigue una relajación que ayuda a conseguir una compenetración plena.
- Prepara tu ritual: el sexo tántrico es todo un ritual, mágico y embriagador. Por eso, para disfrutar de cada instante, es recomendable que lo prepares a conciencia. Haz de tu dormitorio, o de tu salón, o del lugar que tú elijas el templo de tu amor. Enciende y reparte velas por toda la estancia, adórnala con flores, perfúmala con incienso, o con aceites esenciales. Quita de en medio todo lo que pueda molestaros, y crea un espacio amplio por donde podáis dar rienda a vuestra pasión. Lo importante sois vosotros, pero si vuestro entorno es apropiado, mucho mejor.
- Dale a las caricias la importancia que tienen: Deléitate con el cuerpo de tu pareja, toca cada centímetro de su cuerpo y hazle consciente de su extensión. Explora todo el cuerpo, dejando a un lado los genitales. Toma conciencia del placer de masajear, y proporciona multitud de sensaciones a tu pareja.
- La penetración, como un paso más, no el imprescindible. Es otra forma más de disfrutar, no la única. En el sexo tántrico se recomienda dividirla en dos fases. Una primera en al que esa penetración es estática. Ninguno de los miembros de la pareja se mueve, simplemente son conscientes de la unión con el otro. Una vez que la tensión aumenta, ambos comienzan a moverse pausadamente, dejándose llevar. Los tantrikas no recomiendan que esta fase dure más de 30 minutos seguidos.
- El orgasmo retenido: siempre que se acerque, ha que disminuir el ritmo. Parar, volver a las caricias, a los besos, intentar bajar la erección. Si no es posible, y te sientes preparado, ha llegado la hora del orgasmo. S has aguantado toda la energía sexual generada, será bestial, así que, disfrútalo.
Olvídate de los “aquí te pillo y aquí te mato” (Aunque todo tiene su encanto) y abandónate a las enseñanzas del Tantra. Haz de la paciencia una de tus principales tácticas. Retarda el orgasmo y disfruta de una explosión inigualable. El que lo prueba… repite.
Deja una respuesta