Hoy en día existen a nuestra disposición numerosas opciones de anticoncepción para elegir la que mejor se adapte a nuestras necesidades. Sin embargo, hasta la aparición de los métodos anticonceptivos hormonales a mediados del siglo XX, el preservativo ha sido el único encargado de controlar la concepción, pero también de evitar las llamadas “enfermedades de Venus”.
Historia del preservativo
El preservativo existe desde hace más de tres mil años. En el año 1000 a.C los egipcios ya utilizaban algo parecido a lo que existe hoy en día. Se sabe por documentos gráficos que utilizaban finas tripas de animales para crear una “funda” para el pene. También los hacían con telas. Evidentemente su efectividad anticonceptiva no era comparable a la de los condones actuales, entre otras cosas, porque la gran preocupación de nuestros antecesores, fue protegerse de las enfermedades de transmisión sexual. Por eso, los “preservativos” de la época, eran utilizados sobre todo por hombres que solían frecuentar los prostíbulos, y quería evitar el contagio de enfermedades muy extendidas como la sífilis o la gonorrea.
Hoy en día existen preservativos masculinos y femeninos, y son los únicos métodos de barrera, que además de evitar el embarazo impiden el contagio de ETS’s.
Tipos de preservativos
El preservativo es uno de los métodos más utilizados, porque es el único que previene enfermedades de transmisión sexual, y no tiene contraindicaciones. Sin embargo, tiene muchos detractores, que dicen que precisamente es una barrera ante las ETS y el embarazo, pero también es una barrera ante el placer.
Nada más lejos de la realidad: la industria de profilácticos ha desarrollado novedosas fórmulas y una amplia gama de preservativos pensados para potenciar las sensaciones durante las relaciones sexuales. Esto es sólo un ejemplo de la amplia variedad de opciones para utilizar el método anticonceptivo de barrera más extendido:
- Con y sin látex: El látex es el mejor material para fabricarlos, sin embargo muchas personas ha desarrollado alergia hacia el mismo. Casi todos los preservativos están fabricados en látex, pero se comercializan también en otros materiales, como el poliuretano, como opción para los alérgicos al látex.
- Estimulantes y retardantes: Ambos están impregnados en lubricantes con el efecto deseado. Los retardantes mantienen la erección por un mayor periodo de tiempo, y los estimulantes aumentan el nivel de las sensaciones. Algunos además incorporan efectos de frío, calor, etc.
- De distintos grosores: los hay finos, para conseguir la sensación más natural posible, y los hay más gruesos. Los gruesos están recomendados para el sexo anal. Muchas personas también los compran porque les aporta más seguridad.
- De distintas tallas: para todos los tamaños de pene. Desde talla normal, a XS o XL.
- Colores y sabores: ideados para el sexo oral. Aportan un toque divertido y sensual.
- Con formas y texturas: estriados, granulados, en forma de espiral… con relieves y formas para aumentar la fricción durante las relaciones sexuales.
- Con espermicida: impregnados en espermicida, para aportar mayor seguridad anticonceptiva.
- Preservativo femenino: comercializado en Europa desde 1992, es mucho menos utilizado que el masculino. Consiste en una especie de bolsa que cubre la vagina y los genitales externos, de manera que funciona como anticonceptivo, pero también protege contra ETS. A proteger también los genitales externos, aporta un gran nivel de protección contra el VPH.
Un método más que seguro
Los preservativos o condones tienen un porcentaje de efectividad de un 97%, uno de los porcentajes más altos, en cuanto a contracepción. Sin embargo, a la hora de proteger contra las ETS, la efectividad baja a un 95%. Protege contra el SIDA, pero no contra el Virus del Papiloma Humano. El preservativo femenino, al cubrir los genitales externos sí que es más efectivo en este caso, pero el condón masculino, al no cubrir el escroto, deja la zona expuesta a infecciones por ladillas, verrugas genitales, herpes genitales y VPH.
Para conseguir este porcentaje de efectividad es necesario utilizarlo según los consejos de utilización indicados por el fabricante.
Consejos para una correcta utilización
Si el condón se utiliza bien, y con cuidado, aumenta su eficacia. Es aconsejable seguir una serie de pautas:
- No mantener contacto con el ano o la vagina antes de colocar el preservativo.
- El preservativo debe colocarse sobre el pene completamente erecto.
- Es importante apretar la bolsita del extremo mientras se desenrolla el condón, para que quede un espacio vacío donde depositar el semen.
- Los condones no son reutilizables. Bajo ningún concepto.
- Un preservativo es suficiente. Si utilizas dos, lo más normal es que se rompan, por efecto de la fricción entre uno y otro.
- Si practicas sexo anal, es necesario utilizar lubricante, porque la mucosa anal no genera lubricación natural, y esto genera más probabilidades de rotura. Si existen problemas de sequedad vaginal, también es recomendable utilizar lubricante para reducir el riesgo de rotura.
- El lubricante que elijas debe ser compatible con los preservativos, con base de agua o silicona. Otros productos como aceite o vaselina puede dañar el condón.
- Un preservativo debe estar guardado ene l sitio correcto, resguardado del calor. No debes llevarlos en el bolsillo, ni dejarlo durante meses en la cartera o en la guantera del coche.
- Una vez que se ha eyaculado, es importante retirar el pene de la vagina antes de que baje la erección, y sujetar el preservativo mientras se retira, para evitar que el mismo pueda quedarse dentro de la vagina (o del ano).
- Y antes de utilizarlo, nunca olvides mirar la fecha de caducidad.
Preservativos y VIH
Este método es el único que protege y evita contra el contagio del VIH. Aunque nada es seguro al 100%. Si el condón se utiliza correctamente y de forma responsable no tiene porqué fallar. Pero hay que tener en cuenta, que aunque hay un mínimo riesgo de rotura, éste existe.
Aun así el preservativo es considerado como uno de los métodos anticonceptivos más seguros, y también como el único método que protege contra el contagio de ciertas enfermedades venéreas.
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