Relato Erótico 29

En un futuro no muy lejano y en una ciudad cualquiera.

Aluna es un a mujer, guapa e independiente que vive sola desde que se independizó a los 20 años. Trabaja como asistente en un centro médico especializado en operaciones de cirugía estética. No tiene pareja, ni novio. Es heterosexual, pero ya hace tiempo que dejó de salir con hombres.

Tiene ahora 30 años y lleva 3 sin sexo con otro ser humano! De alguna manera, debido a su trabajo en la sala de operaciones, el contacto con la piel, las grasas, incluso otros residuos orgánicos, le producen repulsión. No le gusta tocar a la gente, incluso los olores personales son difíciles de soportar sin el olor a productos químicos y desinfectantes que se concentra en el hospital.

Es una mujer joven con un apetito sexual que necesita satisfacer todos los días.

Hace 6 meses no pudo más y busco una solución. Ha comprado un robot sexual. Una inversión cara, pero con unos resultados excelentes.

Cada día después del trabajo lo programa para que cuando ella está distraída haciendo cosas en la casa, se acerque a ella para mantener sexo. Hoy le ha programado para que la busque a las 20 h, justo entonces se estará vistiendo para recibir la visita de una amiga a las 21 h.

El robot es genial, es limpio, discreto, no molesta, no ensucia, no huele, y le da tanto, tanto placer!!!!! Tiene todas las habilidades del mejor de los amantes, es una máquina de precisión, y tiene la fuerza de una grúa para levantar en sus brazos a Aluna en un brazo y a otra mujer en el otro simultáneamente, a parte de muchas otras opciones.

Cuando Aluna está vestida encuentra a su querido robot caminando hacia ella cruzando el pasillo hasta el baño. El robot no habla, pero es muy claro en su gesto cuando eleva el brazo hacia Aluna.

Ella le coge la mano y le sigue hasta dónde quiera que él la lleve. Le encanta intentar adivinar cual será el siguiente movimiento, pero casi siempre la sorprende.

Cruza el pasillo hacia el salón y la abraza. Aluna se excita al sentir su pecho contra el cuerpo frío y duro del robot. Sus pezones se ponen duros y corriente eléctrica hace que sienta el palpitar de su corazón ahí abajo. Le huele, le encanta porque no huele a nada. Le chupa el cuello, besa sus labios de plástico ….

El robot la aprieta fuerte contra él, y le sube el vestido hasta justo debajo de las nalgas; le quita las bragas, delicadamente, agachándose para acompañarlas hasta sus tobillos, dónde Aluna las sacude y las envía quién sabe dónde. Entonces robot mete la mano entre sus pernas buscando el clítoris de Aluna.

Aluna está muy caliente y muy mojada, se deja caer en el brazo del robot cuál bailarina de tango, y el robot empieza a masturbarla.

Dios mío, como le gusta, sabe hacerlo tan bien!!!La mejor inversión de su vida, le gusta tanto su robot que hasta le quiere, es su amor, ya no podría vivir sin él.

Aluna tiene un orgasmo, ahí, medio flotando en el aire. Un orgasmo intenso que la hace gritar de placer mientras nota como gran cantidad de flujo resbala desde su vagina con cada espasmo. El brazo fuerte de su robot la sujeta fuerte y estoicamente para que no caiga.

Aluna quiere tener una sesión de sexo completa con él, pero en ese momento llaman a la puerta – había olvidado a su amiga, ha llegado demasiado pronto – pone al Robot en Pause, e intentando retomar su aliento se dirige a la puerta para abrir.

Al abrir la puerta, su falda está aun medio subida, el robot en medio del salón de pie, inmóvil, y Aluna está sonrojada. Su amiga que es muy observadora se da cuenta al instante de lo que está ocurriendo…

–          Si es mal momento me voy! – dice la amiga.

–          La verdad es que … ya sabes …. – dice Aluna.

–          Aunque pensándolo mejor a mi también me gustaría probar el robot, tantas veces me has contado lo fantástico que es, que ya no puedo más!

–          Anda que!!! … estoy muy cachonda, ahora lo necesito yo – dice Aluna que no tiene ningún pudor cuando habla con su amiga.

–          Me gustaría mirar cómo lo haces así cuando me toque a mí ya se cómo va.

–          Jo tía … vale, siéntate ahí y puedes mirar – señalando a una silla que está justo al lado del sofá.

Aluna se acera al Robot y lo reenciende. El robot la coge por la cintura y la levanta en sus brazos. Aluna rodea la cintura del Robot con sus piernas mientras oye como un motorcito hace que surja un pene en la parte central baja de su cuerpo, justo entre las piernas del robot. Es el maravilloso pene robótico que Aluna disfruta cada día.

Aluna está tan mojada!! No puede bajar, está colgada como un mono al cuerpo del robot. Ahora le da un poco de vergüenza que su amiga la mire, pero el robot la sujeta fuerte en el aire y no la va a soltar si no es que ella le da al Stop y Reboot.

El pene robótico ha salido completamente de su cubículo y el Robot se introduce lentamente en la vagina de Aluna, que se siente derretir. Su vagina late por dentro al notar ese elemento duro y frío metiéndose en ella y moviéndose lentamente, siente muchísima excitación por la incógnita de lo que va a suceder con ella ahora.

Es increíble, con los hombres nunca había sentido tanto placer ni tan rápido, disfrutaba del sexo ahora, más que nunca, le encantaba, se volvía loca y además: no tenía que tener vergüenza si gritaba o estaba tan mojada que parecía que se hubiera meado, era libre de todo, de valoraciones o juicios, y encima, era impoluto, cada día lo desinfectaba y siempre estaba listo para ella.

El robot la penetra, entra y sale a un ritmo medio, su tamaño es perfecto, nunca le hace daño, está siempre dura, es lo genial!!!

Está haciendo sexo con ella aun de pie en medio del salón, y de repente empieza a dar vueltas sobre sí mismo, como bailando …. Mmmm…. Aluna se sujeta a su cuello y deja caer su cabeza hacia atrás dejando su pelo largo volar con cada giro.

Cierra los ojos para concentrarse en la sensación.

–          Dios, ahhhhhh, ahhhhh, mmmmmmmmmmmm, – gruñidos de placer escapan sin cesar de la boca de Aluna.

Está teniendo otro orgasmo, fuerte, pero esta vez en el interior de su vagina. Este orgasmo lo puede alargar más, quiere más …

El robot sigue follándola, lento, para que se prolongue aún más la sensación…. Sus sensores detectan los espasmos y adaptan la velocidad del movimiento del pene y las caderas.

Lentamente el robot deja de girar, y su pene paulatinamente deja de moverse.

Aluna levanta su tronco hacia delante y besa al robot en los labios y en la cara.

–          Gracias, mi amor – dice.

Aprieta el botón de stop y el robot baja los brazos lentamente y libera amablemente a Aluna de su prisión.

Ahora la amiga de Aluna está alucinada, y … muy cachonda.

Ver a su amiga gozando en frente de ella la ha puesto muy, muy, caliente.

–          Aluna, creo que necesito probar tu robot ahora mismo. ¿Puedo? – dice la amiga.

–          Si, un segundo que lo limpio y te dejo con él. – dice Aluna recolocándose las bragas y el vestido en su sitio.

–          Pero si te gusta, te compras uno, que este es mío y lo necesito todos los días.

–          Claro xurri, si me gusta me compro uno y le meto una batería de larga duración!!!!

Por supuesto a la amiga le gustó mucho, pero esto es otro historia.

 

FIN.

Eva Edén.

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