Esto es para él, esto es para ella. Esto rosa es para chica y esto azul es para chico. ¿A que te suena todo esto? Se le llama la guerra de los sexos y, desde luego, hace muchos tiempo que está impuesta pero, algo que quizás no sepas es que, antes, no había esa distinción tan fuerte como hay ahora en la que los niños no pueden jugar con muñecas ni a las niñas gustarle el fútbol.
¿Y por qué Dolce Love te dice esto? Pues para que te des cuenta de algo que quizás no te has dado cuenta antes. Por eso, te vamos a dejar aquí algunas cositas que pueden impresionarte. Por ejemplo: ¿Sabías que antes el rosa era considerado un color varonil por la intensidad que tenía? El azul, al ser un color más relajante, se consideraba más de niña porque iba más con el aspecto más tranquilo y sosegado de una mujer mientras que el rosa era plena vitalidad.
¿Cuándo cambiaron las cosas? Pues más o menos, a partir de los años 70 donde los colores se intercambiaron y ya solo había rosa para niñas y azul para niños. Pero así en todo. Si te fijas en productos en el supermercado, tienes algunos específicos para mujeres, y otros para hombres. Donde puedes notar esto es, sin duda, en los productos de higiene. Cuchillas, espuma de afeitar, hasta compresas para la pérdida de orina. ¿Te has dado cuenta que venden un mismo producto para hombres y mujeres? Eso sí, cada uno tiene su diseño. Un aspecto cuadrado, de colores oscuros para los hombres, y un diseño con curvas, con colores rositas, pasteles, florecitas, animalitos monos, etc. para las mujeres.
Pero no solo eso, el de las mujeres es más pequeño, y te puedes ahorrar más que si compras el de los hombres pero, a cambio, los hombres tienen más cantidad de producto. ¿Esto por qué es? Porque se entiende que la mujer siempre va a querer un producto que vaya bien, que sea portátil, que lo pueda llevar en cualquier sitio. Y por eso lo ponen más pequeño y más barato.
Aunque no siempre. Hay algunas cosas donde los productos, por el hecho de ser mujer, los ponen más caros. Un ejemplo podría estar en la alimentación, ya que muchas veces se encuentran alimentos que están más destinados a la mujer mientras que, si es para el hombre, o para toda la familia, el precio es hasta más barato.
En el hecho de los juguetes (y no nos referimos, aún, a los productos eróticos), pasaba algo así. Si tienes oportunidad, mira los anuncios antiguos de marcas conocidas. En esa época niños y niñas jugaban juntos, hacían las cosas sin distinción de su sexo pero, ¿y ahora? Ahora tienes anuncios para niños y anuncios para niñas. No ves a un niño en un anuncio para niñas como tampoco sueles ver una niña en uno para niños. Y si lo ves, es solo de reflejo, no interactúa mucho y lo hacen algunos para que no los tachen de sexistas.
Si ahora nos paramos en los productos eróticos debemos decir que también algo parecido. Perfumes con feromonas para hombres y otros para mujeres, lubricantes para ellos y otros para ellas, bolas chinas, vibradores, y un sinfín de productos que están catalogados según sean para hombre o para mujer y, lo que no te das cuenta es que ambos los podéis utilizar. Por ejemplo, unas bolas chinas para hombres, ¿quién dice que una mujer no puede usarlas? ¿Lubricantes para cada género? Al fin y al cabo el objetivo del lubricante es ayudar en la penetración y, por tanto, da igual que sea de hombre o de mujer.
Si nos ponemos a pensar por qué se ha hecho esta distinción debemos, sin duda, pensar en las ventas. Si una empresa separa sus productos diseñándolos de manera diferente y vendiéndolos como cosa diferente, tendrá doble venta. Y aunque pienses que no es así, la historia nos dice que sí.
El problema es que las personas no nos damos cuenta, o lo hacemos pero lo vemos ya como algo tan natural que ni siquiera actuamos contra ello. Si tienes hijos, fíjate en ellos, ¿tu hija juega al fútbol, le gustan los deportes, juega con muñecos de acción, tiene videojuegos bélicos? ¿Dejas a tu hijo jugar con una muñeca mundialmente conocida, le dejas estar de cocinitas u ocupándose de su casita, te choca cuando lo ves vestido con una camiseta rosa o te dice algo él? Quizás sea hora de empezar a pensar si no condicionamos a los niños desde el principio.
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