¿Tienes pensado ir de vacaciones a Londres de aquí al 5 de enero? En ese caso tienes una cita ineludible con el Museo Británico donde se presenta la exposición “Shunga: sexo y placer en el arte japonés”, un recorrido que te llevará a través de 3 siglos de tradición “ukiyo-e” con imágenes de varios artistas japoneses capaces de sacarte los colores (y llegar a excitarte).
En la época japonesa en que este tipo de arte surgió, las pinturas eran vistas como una forma de abandonar y dejar a un lado las normas por las que los japoneses se regían dando rienda suelta a la pasión y al deseo, de ahí que fueran tan “explícitas” y a la vez sensuales para su época ya que, hoy día, es posible que puedas calificarlas de otro modo porque la mentalidad que se tiene para con el físico es muy diferente a la que se tenía antaño.
Aún así, el placer sexual en Japón ha sido bastante abundante, al menos hasta que comenzó a perseguirse y censurarse. Como sabrás, esta exposición se acota en el Japón Tokugawa que fue de 1603 a 1868 donde se representaban, ya no solo seres mitológicos sino otros muchos personajes más cercanos como samuráis, monjes, comerciantes, etc. En esta época destacaron muchos artistas pero en este caso solo vas a poder conocer a algunos de ellos como Kitagawa Utamaro, Torii Kiyonaga, katsushika Hokusai, Hosoda Eishi o Utagawa Kuniyoshi.
Todos ellos, en diferentes épocas y estilos, plasmaron la sensualidad de las prácticas sexuales aunque algunos lo tuvieron más complicado, sobre todo cuando el arte shunga fue prohibido y perseguido, teniendo que trabajar en secreto y vender su arte a escondidas para poder subsistir.
Una de las estampas más icónicas que se conserva es la llamada “Sueño de la esposa del pescador”, de Katsushika Hokusai donde una recolectora de perlas aparece teniendo sexo con dos pulpos (una imagen que puede darte parte de entendimiento para saber por qué muchos dibujos de anime japoneses de estilo sexual (hentai) tienen presencia de tentáculos).
De las imágenes más conocidas es sin duda el “Poema de almohada” de Utamaro Kitagawa que ponía mucho énfasis en la luz y en la calidad en sus obras haciendo que fueran muy apreciadas. En esta obra en concreto se puede ver a las geishas utilizando unas transparencias para jugar a ocultar y descubrir (tanto que parece que la imagen fuera realmente a moverse para descubrir aquello que está oculto). Fue unos de los primeros en lograr grandes éxitos con los primeros planos de rostros, sobre todo en espejos, dominando la técnica por los detalles que tenía en cuanto al rostro, peinado, gestos, colores, etc.
Por su parte, Torii Kiyonaga se ocupó de lugares que quizás no se conocían tanto o no se hablaba de ellos relacionados con el sexo como eran los baños públicos, las “habitaciones del placer” o en el mismo kabuki. Uno de sus mayores logros fue el llamado “Handscroll for the Sleeve”, un rollo con diferentes secuencias donde está protagonizado por una mujer que tiene su primera experiencia sexual.
El desarrollo que hubo nos lleva hasta Utagawa Kuniyoshi más especializado en escenas fantásticas donde los hombres se enfrentaban a bestias en escenarios que sin duda provenían de la imaginación del autor.
Hosoda Eishi, otro de los autores que podrás observar en la exposición, es uno de los que otorgó mayor belleza a sus obras aplicando colores vibrantes. Uno de sus mejores cuadros fue “Erotic scenes in Nagasaki”, una obra donde una concubina tiene relaciones con un holandés y aparece de fondo una ventana abierta hacia el mar.
Todos estos autores, y muchos más, sedujeron al mundo entero ya que, si bien al principio estas obras se creaban para las bibliotecas, pronto fueron proliferando como colección entre los hombres y fueron haciéndose muy famosas. Aún cuando el arte se prohibió y se perseguía a los autores (incluso matándolos), lo cierto es que siguió su curso y no dejaron de salir autores con grandes habilidades que se dedicaban a crear aquello que sus mentes les mostraban o lo que veían en una sociedad que no quería ser considerada tan “meramente sexual”.
Ahora estás a tiempo de verla en Londres, en el Museo Británico donde permanecerá la exposición hasta el 5 de enero de 2014. Después no se sabe dónde irá o si todas las obras volverán de nuevo a Japón. Si tienes una oportunidad, no dejes de visitarla para disfrutar de la sexualidad como la veían en otras épocas y culturas.
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