Relato Erótico 33

Laura

La puerta estaba entreabierta. Al pasar, vi a Laura encima de la cama desnuda. Sonreí y pase de largo. Solo había dado dos pasos cuando me detuve. Volví con sigilo hacia la puerta. Yo había visto a Laura algunas veces desnuda, pero no de esa manera, mi mente había reaccionado tarde.

Escondido entre la oscuridad del pasillo la observé.

Ella estaba completamente desnuda encima la cama. Sus manos acariciaban su cintura,. Recorrieron sus piernas. Sus pechos pequeños y duros, dejaban ver sus pezones erectos. Las manos de Laura recorrieron sus muslos. Sus piernas se abrieron para recibir la llegada de sus manos en esa carrera de caricias de suavidad por los poros de su cuerpo.

Era la primera vez que veía a Laura así. Sus piernas abiertas me enseñaban su sexo en todo su esplendor.

Note como mi pene quería salir, necesitaba escapar de la prisión en el que estaba confinado por mis pantalones.

Los dedos de Lura recorrieron sus pechitos. Uno de ellos empezó a hacer círculos alrededor de su pezón. Ella se estremecía. Sus ojos cerrados seguros veían a alguien poseyéndola. Su otra mano acaricio su sexo. Sus labios sexuales se abrieron al paso de su dedo. Me imagine que estaba todo chorreando.. vi como ella se abría aún mas. Su dedo se introdujo hasta el final en su sexo, y empezó a entrar y salir de él. Su otra mano abandono sus pechos y sin dejar ni un solo segundo de acariciarse la bajo hasta su entrepierna. Con dos dedos jugo en la pequeña riestrita de bello púbico que tenia. Después alcanzo su clítoris y lo acaricio con pasión. Mientras ya tenía dos dedos entrando y saliendo de dentro de ella.

Sin haberme dado cuenta, tenía mi miembro fuera de los pantalones, y mi mano lo estaba acariciando, sin dejar de observar a Laura.

Ella se estremecía. Se agitaba. Su cuerpo se encorvaba al ritmo de sus manos y del placer que se estaba autoinflijiendo. Sus pezones parecían haber crecido un poco más. Los gemidos que habían comenzado como simples suspiros ahora lo invadían todo.

Mi mano se movió mas rápido por mi pene ante la visión del sexo abierto de Laura, de sus movimientos. Ella soñaba con alguien poseyéndola, y yo, por primera vez en mi vida, soñaba con poseerla. Sabía que eso estaba mal. Pero lo deseaba.

Laura se encorvo, su cintura dibujo un arco, grito de placer al notar cómo le venía el orgasmo. Grito, suspiro y gimió sin miedo alguno.

Yo reprimí mis gemidos. Mi cuerpo se apoyo al marco de la puerta y el placer extremo recorrió mi pene y subió por mi espalda. Nunca había tenido un orgasmo de esa manera, tan satisfactorio masturbándome.

Mire a Laura, ella seguía encima de la cama, recobrando el aliento.

Me di cuenta que la perta y la entrada había quedado repleta de mi semen. Extraje un pañuelo y quise limpiarlo.

–          Déjalo hermanito, ya lo hare yo después- dijo Laura

Mi sorpresa fue extrema., no pensé que ella supiera que estaba espiándola.

–          Puedes pasar si te apetece- volvió a decir

Abrí la puerta despacio. La luz de la habitación me ilumino. Ella seguía desnuda, pero estaba sentada e la cama.

–          ¿Disfrutaste?- me pregunto

–          Mucho.

Ella se levanto y se dirigió hacia mí. Sus pequeños pechos seguían con los pezones erectos. Puso su boca al lado de mi oreja.

–          Ves y te duchas.- me susurro cogiéndome el pene y guardándomelo entre los pantalones- y cuando quieras otra sesión, no tienes que esconderte, estoy a tu disposición.

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