Relato Erótico 4

INFIDELIDAD

Hoy me decidí a serte infiel. No más la mujer hogareña, dedicada a alimentarte, a atender tus necesidades y darte sexo mientras piensas en tu alguien más.

Así que me pongo mi mejor ropa interior, la negra con encajes, combinándola con la falda más corta que tengo, terminando de resaltar mis piernas, aún esbeltas, con mis medias transparentes y oscuras. Voy con paso tan decidido al encuentro de mi cita esperada que cuando llego, me sorprendo de verle ahí a él, a quien apenas y puedo verle a los ojos a sabiendas de la aventura que nos espera.
Lo veo y me devuelve la mirada, tan aseado, con cada uno de sus cabellos en su sitio, tan amable, a diferencia de ti, que eras ya tan indiferente a mi presencia.
Me siento al borde de la silla y cruzamos un par de frases pero, de un momento a otro, me pide ansiosamente (creo yo), que me ponga de pie y me quite toda la ropa, resultándome irónico el tiempo perdido en elegir mi ropa interior para que ni siquiera la pueda ver; accedo y comienzo a desnudarme, me apeno un poco, pero solo un poco, aunque me cubro con una sábana blanca, contraria al color de mi alma (negra), contrastante con el color de mi deseo (rojo). Salgo a su encuentro, me pide que me siente y descubra mi pecho, aquel que arde y suspira, con el corazón acelerado de pasión, más aún cuando delicadamente inicia tocando mis senos, uno que otro pellizco, un poco de fuerza, algunos giros, presionándome…casi buscando el origen del calor que mi pasión en ellos tiene encendido.
Me da la espalda y en un murmullo me dice:
-Recuéstate y abre tus piernas.-
-Sí- respondo, como una muñeca que accede a todo lo que se le pide, con tal de recibir tan preciado regalo.
Una excitación ilimitada acelera aún más mi pulso, mientras me recuesto abriendo mis piernas, dejando a su disposición mi sexo húmedo por este encuentro, apenas un roce y la cúspide, penetrándome.
-Disculpa si te lastimo-
-uuhmm- solo acierto a decir, es un quejido suave que termina en un mordisco de mis propios labios…¡deseaba tanto amor!, que soy suya y me piensa mientras le pienso.
-Un pellizquito-
-oh!- que sean mil, que sean mordidas, tirones y todas las posiciones…
Casi fríamente me dice que es todo, que puedo vestirme, es entonces que me llena de más placer haberte sido infiel, de la manera tan superficial, porque estuve con alguien más joven que tú, alguien más amable que tú, que solo me ve para penetrarme, sin compromiso alguno.
Me visto sonriendo y al verle otra vez, me entrega la agenda de nuestras citas y con su mirada ahora esquiva, me dice firmemente:
-Tu próximo papanicolao te toca dentro de 3 meses, los resultados de este estudio puedes encontrarlos con tu médico familiar en tu próxima cita, no faltes, es importante que cuides tu salud.
-Sí, …amor- musito mientras me retiro, dejando escuchar el sonido firme de mis tacones mientras me alejo.

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