Felicidades a todas las mujeres del mundo, simplemente por ser mujeres, y por todo lo que ello conlleva: por nacer y vivir, por crear y dar vida, por amar, por sentir y por disfrutar como solo una mujer sabe. Por ser la compañera perfecta, por intentar ser cada día mejor, por luchar por tus derechos y por la igualdad. Por demostrar cada día que vales por ser quien eres y no por tu sexo. Por hacerte un hueco prioritario en la sociedad, en tu empresa, en tu familia, en tu casa, en tu pareja… Por ser la mejor madre del mundo, la mejor novia, la mejor esposa, la mejor amiga, la mejor trabajadora,… Felicidades por ser cómo eres, por valorarte a ti misma y por darte a valer a los demás.
Desde 1911, existe una fecha especial en el calendario para celebrar nuestra condición femenina. Dolce Love tiene alma de mujer, y funciona por y para las mujeres, por eso queremos celebrar contigo este 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
Karl Marx dijo una vez que “El progreso social puede ser medido por la posición social del sexo femenino”. A pesar de que aún existen muchas desigualdades en casi todos los países del mundo, hoy en día parece obvio que la mujer tiene los mismos derechos que el hombre, y que no debe ser considerada de forma diferente a él. Sin embargo, a lo largo de una historia no muy lejana, esto no era así. La mujer calló durante siglos frente a la opresión social, laboral y familiar que sufría. En la mayoría de los periodos históricos, y en la mayor parte del mundo, la mujer era poco más que un cero a la izquierda. Jugaba un papel muy importante en el hogar y la crianza de los hijos, pero por poco más era considerada. Sin embargo, en la Revolución Francesa, la mujer, empezó a exigir que se la escuchara. Ella también tenía derecho a reivindicar, a manifestar su opinión, a trabajar, y a ser tenida en cuenta. A partir de este momento, arrancó la lucha pública por los derechos de la mujer.
El primer Día Internacional de la Mujer se celebró el 19 de marzo de 1911 bajo el acuerdo de las mujeres socialistas trabajadoras, que celebraron este día en mítines alemanes, austriacos, daneses y suizos, reivindicando el sufragio femenino, el derecho a ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación y a la no discriminación laboral. Ese día salió a la luz un espíritu luchador, reivindicativo, fuerte y próspero con alma femenina. Y desde entonces… celebramos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que ya es considerado como el Día Internacional de la Mujer en general.
101 años celebrando una lucha constante que aún no ha finalizado. Se han escalado muchos peldaños, se han cumplido muchos sueños, y se han logrado muchos objetivos. Pero, con palabras de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, “la sociedad necesita que las mujeres ocupen lugres en los sistemas de decisión y en los sectores empresariales. Siempre tenemos que rendir doble examen: primero, demostrar que porque somos mujeres, no somos idiotas; y segundo, el que tiene que rendir cualquiera”, tenemos que reconocer como hecho que aún no hemos llegado a esa ansiada igualdad.
Por otra parte, hemos dado grandes pasos hacia nuestra propia libertad. Hemos hecho de nosotras mujeres dueñas de sí misma. De sus actos, de sus deseos y de su voluntad. Hoy en día hacemos lo que queremos y cuanto podemos, porque somos libres y lo sabemos. Somos libres para formarnos en lo que queramos, para vestirnos como nos guste, para hablar y expresar todo aquello que pensamos, y por supuesto, somos libres para sentir y disfrutar nuestro propio cuerpo.
Durante más de un siglo, las nuestras predecesoras han tenido trazar el camino que emprendieron las anarquistas en la lucha por la procreación consciente y planificada, por la diferenciación entre sexualidad y reproducción, la liberación de la mujer, la liberación sexual e incluso por el uso de anticonceptivos artificiales. Y por todo lo que, gracias a ellas, podemos disfrutar hoy en día, debemos celebrar con toda la conciencia del mundo, el Día Internacional de la Mujer. Porque a todas ellas se lo debemos.
Ni la religión, ni culturas milenarias, ni la educación clásica y férrea, ni ningún otro factor, detendrá el destino que la mujer se ha ganado a pulso. “Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿Cómo sería la primera noche de amor del género humano? Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que pariría con dolor o que su marido la dominaría. Seguro que Eva diría que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa”. Estas palabras de Galeano, describen el sentimiento de una mujer actual: basta de leyendas e historias que nos dejan a la altura del betún, como las culpables de todo el mal que afecta a la humanidad.
Basta de tabúes, de opresiones, de abusos y de maltrato. Basta de obligaciones por ser mujer. Basta de estereotipos e imágenes preconcebidas. Basta de dar explicaciones. Se acabaron los sueños imposibles y las metas inalcanzables. Hoy puedes ser la persona que quieras ser, independientemente de tu sexo.
Es hora de disfrutar de los derechos que tantos siglos nos ha costado conseguir. Es hora de hacer todo lo que no hemos podido hacer de aquí para atrás. Ha llegado el momento de disfrutar de todo lo que nos han prohibido. Eres dueña de tu cuerpo, de tu deseo y de tu placer, y sólo tú puedes y debes controlarlo.
Porque puedes basar tus actos en tu libertad, y respaldarlos en tus derechos, queremos que celebres y disfrutes este día.
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